Los avances en Medicina Genómica han conseguido que las enfermedades puedan ser detectadas incluso antes de que hayan dado sus primeros signos de aparición.
La conservación del ADN da un paso más allá en el diagnóstico de distintas afecciones. El estudio de las muestras de material genético propio y de nuestros familiares (padres, abuelos, etc.) puede determinar las posibilidades de que una persona llegue o no a padecer una enfermedad.
Actuar a tiempo puede marcar una gran diferencia
En enfermedades como el cáncer, un diagnóstico precoz puede suponer una enorme diferencia en la lucha contra la enfermedad.
Gracias a la información que proporciona el ADN, es posible identificar con mayor exactitud qué riesgos existen de padecer un tipo u otro de enfermedad y qué medidas se deben tomar para evitar, en lo posible, que esta se manifieste.
La recopilación de estos datos genéticos ayuda al personal médico a comprender mejor la enfermedad y a elegir los medicamentos o tratamientos más apropiados para cada caso. Además, conocer las probabilidades de que la enfermedad se manifieste les ayudará a establecer los protocolos de revisión necesarios para poder detectarla a tiempo si finalmente termina desarrollándose.
Vela por el futuro de tu descendencia
El estudio del ADN también permite detectar las probabilidades de que los descendientes de una persona padezcan una enfermedad, incluso en el caso de que ni ella ni su pareja la hayan sufrido. Detectándola a tiempo, es posible que se puedan tomar algunas precauciones para reducir el riesgo de transmitirla a hijos y nietos.
Si sabes que existen antecedentes familiares con patologías, conservar tu ADN puede ser de gran ayuda tanto para ti como para tus descendientes. Si necesitas más información sobre la conservación del ADN y todos sus beneficios para la salud, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.